La conexión entre la propiedad de una vivienda y la pertenencia al vecindario

Según una encuesta reciente de Redfin, una agencia inmobiliaria basada en tecnología, solo el 47 % de los inquilinos afirman tener un sentido de pertenencia en su vecindario. Esto contrasta marcadamente con el 64 % de los propietarios que sienten lo mismo.

La encuesta reveló que menos de la mitad (46,7 %) de los inquilinos estadounidenses sienten una conexión con su vecindario, en comparación con casi dos tercios (63,6 %) de los propietarios. Además, solo el 38,9 % de los inquilinos cree que comparte intereses con sus vecinos, mientras que el 58,5 % de los propietarios siente lo mismo. Los inquilinos también son más propensos a evitar relacionarse con sus vecinos: el 41,6 % lo admitió, en comparación con el 33,1 % de los propietarios.

“Ser propietario de una vivienda suele implicar una inversión a largo plazo tanto en la propiedad como en la comunidad, lo que anima a los propietarios a construir relaciones positivas con sus vecinos”, explicó el economista jefe de Redfin, Daryl Fairweather. “Por el contrario, los inquilinos suelen mudarse con más frecuencia, lo que los hace menos propensos a fomentar fuertes vínculos con el vecindario”.

El impacto de la estabilidad en la pertenencia al barrio

Los propietarios de viviendas suelen estar más arraigados a sus comunidades y suelen priorizar factores como el lugar donde quieren criar a sus hijos. Los inquilinos, al ser más transitorios, pueden invertir menos esfuerzo en crear un sentido de pertenencia, ya que es probable que se muden antes. La encuesta destacó que menos de la mitad (47,6 %) de quienes han vivido en su residencia actual durante menos de un año se sienten conectados con su vecindario. Esta cifra aumenta al 58,1 % en el caso de las personas que han vivido en sus hogares durante seis a diez años, lo que abarca tanto a los inquilinos como a los propietarios.

Curiosamente, un número significativo de personas, independientemente de su situación habitacional, afirmaron sentirse desconectadas de sus barrios. Entre los inquilinos, el 21,2 % afirmó no tener un sentido de pertenencia, en comparación con el 12,5 % de los propietarios. Esto podría reflejar divisiones sociales más amplias, incluidas tensiones políticas, económicas y sociales.

Los propietarios más jóvenes son los que tienen un mayor sentido de pertenencia

La encuesta reveló que los propietarios más jóvenes, en particular los millennials y la generación Z, son los que tienen más probabilidades de sentirse parte de sus vecindarios. Más de dos tercios (67,6 %) de estos jóvenes propietarios informaron sentirse conectados, lo que los convierte en el grupo demográfico más comprometido. Por otro lado, los inquilinos millennials y de la generación Z fueron los que menos probabilidades tenían de sentirse parte de sus vecindarios, ya que solo el 44,4 % expresó este sentimiento.

Los propietarios de viviendas de la generación del milenio y la generación Z también se destacaron como el grupo con más probabilidades de compartir cosas en común con sus vecinos, con un 63,7 % que indicó que se sienten identificados. Por el contrario, los inquilinos de la generación X fueron los menos propensos a informar que tenían cosas en común con sus vecinos, con solo un 36 %.

“Los propietarios más jóvenes pueden sentirse más integrados en sus comunidades porque recientemente decidieron vivir allí, mientras que los propietarios mayores pueden sentirse menos conectados debido a los cambios en el vecindario a lo largo de los años”, señaló Fairweather.

En lo que respecta a evitar a los vecinos, los inquilinos de la generación del milenio y la generación Z encabezaron la lista con un 45,7 %. Por el contrario, los propietarios de la generación del baby boom fueron los menos propensos a evitar a sus vecinos, con solo un 24,8 % que indicó que lo hacen.

Los beneficios emocionales de ser propietario de una vivienda

Si bien gran parte de la conversación sobre la compra de una vivienda gira en torno a los aspectos financieros, es importante reconocer los beneficios emocionales y de estilo de vida que ofrece. La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR) destaca que ser propietario de una vivienda ofrece recompensas tangibles e intangibles, entre ellas, una sensación de orgullo y seguridad.

Una sensación de satisfacción

Ser propietario de una vivienda suele estar asociado a una mejor salud mental y bienestar. Alcanzar el hito de ser propietario de una vivienda puede brindar una enorme satisfacción. Un artículo reciente de Mortgage Reports concluyó que los propietarios de viviendas manifiestan mayores niveles de felicidad: el 88 % expresa satisfacción general en comparación con el 67 % de los inquilinos.

Más estabilidad para tu familia

Ser propietario de una vivienda ofrece una estabilidad que el alquiler no suele ofrecer. Para las familias, esto significa la oportunidad de echar raíces y reducir el estrés. Las mudanzas frecuentes debido a las renovaciones de los contratos de alquiler y los aumentos de los alquileres pueden resultar agotadoras. Como explica la NAR, un entorno doméstico estable permite a los padres pasar más tiempo de calidad con sus hijos, lo que fomenta mejores resultados conductuales y educativos.

Un sentimiento de comunidad más fuerte

Ser propietario de una vivienda suele conectar a las personas más profundamente con sus vecindarios. Según FinHabits, los propietarios de viviendas suelen estar más involucrados en sus comunidades locales, lo que genera un mayor sentido de pertenencia. Este sentido de conexión surge porque los propietarios de viviendas tienen un interés personal en el futuro de su comunidad, lo que naturalmente fomenta las relaciones a largo plazo y los esfuerzos de mejora del vecindario.

La capacidad de hacer tuyo el espacio

Uno de los aspectos más gratificantes de ser propietario de una vivienda es la libertad de personalizar el espacio. A diferencia del alquiler, donde las restricciones pueden limitar los cambios, ser propietario de una vivienda permite una personalización que refleje sus gustos y necesidades. Ya sean pequeñas mejoras o renovaciones importantes, su vivienda puede evolucionar con usted y convertirse en un verdadero reflejo de su identidad.

Reflexiones finales

Ser propietario de una vivienda ofrece más que beneficios económicos. Fomenta un sentido de pertenencia, satisfacción y estabilidad, y al mismo tiempo permite a los propietarios adaptar sus espacios habitables a su estilo de vida. Si estas ventajas emocionales y de estilo de vida coinciden con sus objetivos, considere dar los siguientes pasos hacia la propiedad de una vivienda con la ayuda de un profesional inmobiliario.